ABANDONAR LO QUE NO FUNCIONA

Hay muchas cosas que no funcionan para lo que desearíamos.












Muchas veces creemos que la manera en que manejamos o enfrentamos las cosas, es una buena opción. Sin embargo, hay (muchas) ocasiones en que los resultados positivos y esperados no existen, pero seguimos haciendo el mismo esfuerzo siguiendo la MISMA ESTRATEGIA, y aun sin resultados favorables, creemos que es asunto de resistencia, de insistencia, de perseverancia, de mostrar un inquebrantable interés, etc.

La verdad es que como dicen por ahí, si lo que se ha intentado ya 100 veces y no funciona, tampoco va a suceder en el intento 101.

Es necesario marcar(nos) un límite entre el interés y la prudencia, entre lo deseado y la dignidad, entre las metas y la salud.

Muchos se pierden en la oscuridad de la obstinación, del capricho y la necedad.

Ya sea rogarle a un pretendido romance, intentar derribar un muro de apatía, anhelar un reconocimiento que nunca llegará, desear un beneficio, alcanzar un logro, lo que sea, aunque tenga su grado de nobleza, de belleza, de valor, lo que sea, es necesario reconocer cuando estas luchas por alcanzarlas, en vez de reportarnos una verdadera satisfacción o sano desarrollo en el camino, solo nos destruyen, minan la salud, nos deprimen y nos hunden en un pozo negativo que opaca nuestra vida y eixstencia.

No se trata de renunciar a las ambiciones. Solo se trata de reconocer si el costo de pretender obtenerlas no excede o pisotea nuestra plataforma de autoestima, dignidad, salud, equilibrio,etc.

De ser el caso, antes de renuncias a buscar ese beneficio, vale la pena CAMBIAR DE ACTITUD, CAMBIAR DE ESTRATEGIA.

Por citar ejemplos probables, ¿Cuantas veces hemos rogado a una persona que ceda a una propuesta y solo se niega, y cuando derrotados nos retiramos nos extraña tanto que ahora se invierten los papeles? De haber sabido, hubiera sido conveniente cambiar la estrategia (el ruego) antes, por una calculada reitrada.

¿Cuantas veces no hemos intentado que se nos tome en cuenta para uno u otro proyecto y por más que nos apuntamos de candidatos somos ignorados, y cuando por desencanto nos retiramos, o hasta renunciamos, entonces los otros reflexionan, recapacitan, y nos ofrecen lo que tanto pedíamos?

Muchas veces nuestros intentos, en nuestro lenguaje, en nuestra intensidad, no llegan a conseguirnos lo que pretendemos alcanzar, y genera tal sufrimiento y estrés esa busqueda, que ponemos en riesgo muchas cosas que de saberlo, no lo haríamos (salud, economía, equilibrio, entorno, dejamos ir otras oportunidades, tiempo con la familia o amigos que si nos valoran, etc).

Por eso es importante reconocer que una estrategia no es funcional si no nos está acercando al objetivo, y que ello recomienda hacer un cambio de estrategia.

Uno mismo sabrá cuando incluso decidir un cambio de objetivo.

Lo importante es admitir que no todo lo que hacemos llega a funcionar, y que en el intento, podemos estresarnos, desesperarnos, alterarnos, angustiarnos, y que esto tiene consecuencias físicas, sicológicas y espirituales.

Antes de renunciar al objetivo, o de vernos en una camilla por infarto, o de tomar pastillas para la nueva colitis, debemos darnos la oportunidad de CAMBIAR DE ESTRATEGIA, dejando lo que no funciona, y tratar nuevas formas.

Si hemos de alcanzar ese corazón, ese aumento, ese reconocimiento, ese lugar, esas ventas, ese viaje, etc, no depende SOLAMENTE de que hagamos lo que hemos elegido hacer, TAMBIEN DEPENDE DE QUE HAGAMOS LO QUE ERA NECESARIO HACER.

Hay en Latinoamérica muchas frases que revelan que un cambio se impone a veces para lograr las cosas. No tienen porque ser siempre efectivas nuestras ESTRATEGIAS FAVORITAS, cuando lo que da resultado son las ESTRATEGIAS NECESARIAS.

Decimos que "el valiente vive hasta que el cobarde quiere", que "la burra no era arisca, los palos la hicieron", que en la lluvia "no es lo mojado sino lo tupido".

Hemos visto al enamorado romántico pretender a una chica que no reacciona a poemas ni ruegos, sino a un trato firme y hasta desinteresado.

Hemos visto a la chica tierna pretender al joven que no valora mimos ni detalles, y solo responde a escenarios inciertos.

Hemos visto al agotado empleado que se queda horas y horas en su trabajo para ser notado como esforzado, y su jefe solo piensa en la puntualidad de la hora de llegada, la salida le tiene sin cuidado.

Hemos visto al comedor compulsivo que con eso trata de mitigar sus nervios y angustias, y solo consigue sobrepeso, tensión, desequilibrio digestivo.

Hemos visto al empresario que descuida su familia entregándose solo a su trabajo pensando que con ese patrimonio empresarial les brinda lo mejor posible, y al llegar a casa encuentra ya dormidos a sus "desconocidos protegidos".

Tantas cosas que no funcionan, y que nos empeñamos en repetir.

Tomaría el mismo tiempo repetir lo que no funciona que intentar estrategias nuevas.

La diferencia es que la repetición garantiza negatividad, y la prueba puede traer agradables sorpresas.

Debemos abandonar vicios y adoptar virtudes.
Podemos cambiar el camino para llegar a donde nos dirigimos.

Si el camino actual no conduce a ningun avance, a ningun éxito, ¿porqué insistir en ese camino?

Explorar otros métodos, aunque no sean nuestros favoritos, pueden abrir esa puerta que por lo visto, no hemos podido abrir con lo que hemos hecho hasta ahora.

Es importante reconocer que la negatividad de falta de resultados, la frustración que genera, mengua nuestra autoestima, no compensa el esfuerzo aplicado, oscurece nuestro día presente, opaca la sonrisa, pinta de inutilidad lo elaborado, y nos hunde en un escenario que puede, facilmente, perjudicar nuestra salud física, espiritual y sicológica.

Permitamos un cambio de estrategias, especialmente si esto cuidará nuestra salud.