MUSICOTERAPIA


Nadie que tenga sentido del oído permanece insensible al escuchar alguna melodía.


Cada melodía, dentro de cada situación particular, nos puede generar diferentes sensaciones.


La idea central de la musicoterapia es APROVECHAR esto que todos sabemos para encauzar nuestras emociones hacia donde más deseemos.


En el tema del estrés, cada uno sabe que música "lo pone de malas" o que música "lo calma".


Aquí se hacen algunas recomendaciones ya probadas para generar una atmósfera apacible que ayude a controlar el estrés, sin embargo, como en todo, en gustos se rompen géneros, de modo que estas sugerencias pueden ser superadas por la elección de cada uno. Dar clic aquí para escuchar un ejemplo en You tube y aquí para escuchar otro.


Aunque tener música en el lugar de trabajo no siempre es posible, sin duda puede colaborar para mantener un rendimiento más equilibrado emocionalmente hablando.

En la casa, en la pausa, en el auto, durante un trayecto, es posible escuchar música que aligere la mente de sus nudos habituales llamados preocupaciones, angustias y conflictos, para darle algo de reposo, permitirle un reacomodo a las neuronas de modo que las prioridades no sean tomar decisiones, terminar escritos, elegir posturas y actitudes, etc.

La idea es permitirle un descanso y un recreo a ese "hamster" que corre y corre en su rueda adentro de nuestra cabeza intentando examinar a profundidad todo aquello que nos acontece y ocupa.


Existe un estudio sobre LOS EFECTOS DE LA MUSICA EN LA CONDUCTA que explica que:


La influencia de cada uno de los elementos de la música en la mayoría de los individuos es la siguiente:



  • Tiempo: los tiempos lentos, entre 60 y 80 pulsos por minuto, suscita impresiones de dignidad, de calma, de sentimentalismo, serenidad, ternura y tristeza. Los tiempos rápidos de 100 a 150 pulsos por minuto, suscitan impresiones alegres, excitantes y vigorosas.

  • Ritmo: los ritmos lentos inducen a la paz y a la serenidad, y los rápidos suelen producir la activación motora y la necesidad de exteriorizar sentimientos, aunque también pueden provocar situaciones de estrés.

  • Armonía: es cuando suenan varios sonidos a la vez. A todo el conjunto se le llama acorde. Los acordes consonantes están asociados al equilibrio, el reposo y la alegría. Los acordes disonantes se asocian a la inquietud, el deseo, la preocupación y la agitación.

  • Tonalidad: los modos mayores suelen ser alegres, vivos y graciosos, provocando la extroversión de los individuos. Los modos menores presentan unas connotaciones diferentes en su expresión e influencia. Evocan el intimismo, la melancolía y el sentimentalismo, favoreciendo la introversión del individuo.

  • La altura: las notas agudas actúan frecuentemente sobre el sistema nervioso provocando una actitud de alerta y aumento de los reflejos. También ayudan a despertarnos o sacarnos de un estado de cansancio. El oído es sensible a las notas muy agudas, de forma que si son muy intensas y prolongadas pueden dañarlo e incluso provocar el descontrol del sistema nervioso. Los sonidos graves suelen producir efectos sombríos, una visión pesimista o una tranquilidad extrema.

  • La intensidad: es uno de los elementos de la música que influyen en el comportamiento. Así, un sonido o música tranquilizante puede irritar si el volumen es mayor que lo que la persona puede soportar.

  • La instrumentación: los instrumentos de cuerda suelen evocar el sentimiento por su sonoridad expresiva y penetrante. Mientras los instrumentos de viento destacan por su poder alegre y vivo, dando a las composiciones un carácter brillante, solemne, majestuoso. Los instrumentos de percusión se caracterizan por su poder rítmico, liberador y que incita a la acción y el movimiento.