La parte PRIMITIVA es la que ya existía desde el primate antecesor del homo sapiens, y es aquella que se alerta y nos hace reaccionar cuando hay un peligro o reto enfrente.
Ya sea aquel animal feroz que amenazó al hombre primitivo, o el jefe en nuestra oficina actual y moderna, SIGUE SIENDO ESTA PARTE PRIMITIVA la que detecta el peligro, nos pone en alerta, reparte más sangre en brazos y piernas (por si hay que luchar o escapar) y por lo tanto REDUCE EL FLUJO SANGUINEO EN EL CEREBRO, dejando a la parte RACIONAL sin mucho sustento.
La parte RACIONAL puede detectar que estamos entrando en estrés, pero si se le reduce el suministro de sangre por la alerta declarada por la parte PRIMITIVA, nos dominarán las emociones, y nuestras acciones no serán las MAS RACIONALES Y CONVENIENTES, sino que serán las más ESPONTANEAS y a la mano con tal de salir del aparente peligro.
El problema es que rara vez nos conviene manejar un lío con el jefe (pareja, hijos, familiares, vecinos, etc) como si se tratara de enfrentar un felino que amenaza nuestra supervivencia. Y las consecuencias las pagará mañana y pasado mañana nuestra parte RACIONAL que entonces tiene que reparar el desastre "defensivo" (o hasta "ofensivo") que estuvo a cargo de la parte PRIMITIVA.
Y a esto hay que sumar que todo el cuerpo también resiente los daños por el constante sometimiento al estrés, la presión arterial, la calidad y cantidad de fluidos que segrega nuestro cerebro y organismo en general, el colon, la calidad de las heces, migrañas, dolores de cabeza, tensión muscular, etc.
Llevar una vida DIARIA sometida al estrés moderno equivale a la vida del hombre primitivo que en vez de enfrentar al jefe, pareja, hijos, familia, tráfico, etc, estuviera enfrentando EN UN MISMO DIA una larga lista de fieras que amenazaran su vida.
Por eso, es necesario aprender a manejar las situaciones estresantes, que al no poderlas evitar por completo, conviene apoyar la parte racional para librar el efecto nocivo que pudiera generarse.
